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El aspecto emocional de los trastornos hemorrágicos

GRUPO OBJETIVO:
ADULTOS
NIÑOS
 

Tal como los adultos sienten depresión y estrés, los niños y adolescentes sienten igual. Los niños con trastornos hemorrágicos pueden sentir tristeza acerca de su condición si no están participando en actividades de la misma manera que sus compañeros.

Por supuesto, la depresión y estrés pueden no estar relacionados con el trastorno hemorrágico. Los niños con trastornos hemorrágicos pasan por el mismo estrés que otros niños, tales como el divorcio de los padres, la mudanza o el acoso.

Los padres y encargados del cuidado que noten un cambio en el comportamiento de su hijo, tales como llorar o retraimiento, deberían de iniciar un diálogo con él y buscar ayuda profesional, de ser necesario. Es necesario transmitir la tranquilidad y certeza de que no están solos a los niños y adolescentes que sufran de depresión o estrés; hay personas que pueden ayudarles y pasos para sentirse mejor.

Esta sección de Siguiente paso proporciona información importante acerca de:

  • Cómo entender la depresión y estrés
  • Cómo detectar la depresión
  • Formas de aliviar el estrés

Encuentre el aspecto positivo

Manejar un trastorno hemorrágico tiene un impacto en su vida y en la vida de aquellos a quienes ama. A veces puede ser abrumador, pero manejar un trastorno hemorrágico también puede ofrecer oportunidades de desarrollar la confianza en sí mismo y fortalecer las relaciones.

En este video escuchará las experiencias personales de aquellos que no solo han enfrentado los desafíos de manejar un trastorno hemorrágico sino han cosechado los beneficios de una actitud positiva.


El aspecto emocional de los trastornos hemorrágicos

La adolescencia puede ser una época estresante. Los niños con trastornos hemorrágicos sufren del estrés adicional de manejar una enfermedad crónica y lidiar con el dolor, fatiga y el sentimiento de ser diferente que conlleva esta condición. También pueden tener miedo, lo que causa estrés. Pueden tener miedo de lesionarse o del dolor que esto causa.

Los niños con trastornos hemorrágicos pueden necesitar ayuda para manejar estos y otros factores de estrés en su vida. Puede ayudar a su hijo a manejar situaciones nuevas o frustrantes y enseñarle maneras de manejar el estrés que le serán valiosas durante la vida.

Si desea obtener más información, vaya a Cómo manejar el estrés.
Recuerde: Lidiar con una enfermedad crónica es un asunto familiar.

Los niños también pueden deprimirse

La depresión es el problema mental más común de los Estados Unidos. La depresión no es solo tener mal humor o sentirse de bajón o triste. Estos sentimientos son normales, especialmente en los niños durante su adolescencia. La depresión incluye un sentimiento persistente de tristeza o desesperanza, que puede ser lo suficientemente fuerte para interferir con la vida diaria. Estos sentimientos pueden ocurrir en niños tanto como adultos. Una variedad de factores pueden contribuir a la depresión en los jóvenes con trastornos hemorrágicos, específicamente.

Cómo detectar la depresión

Los niños y adolescentes con depresión manifiestan señales diferentes a los adultos. La American Academy of Child and Adolescent Psychiatry ha preparado una lista de señales de depresión en los jóvenes.

 

Las siguientes son algunas señales que buscar:

  • Tristeza, lágrimas o lloriqueos frecuentes
  • Interés disminuido en actividades
  • Desesperanza
  • Aburrimiento o bajas energías persistentes
  • Aislamiento social
  • Baja autoestima y culpa
  • Sensibilidad extrema al rechazo o el fracaso
  • Irritabilidad, enojo o hostilidad aumentada
  • Dificultad con las relaciones
  • Quejas constantes de malestares físicos, tales como dolores de cabeza o estómago
  • Ausencias frecuentes de la escuela o mal desempeño en esta
  • Mala concentración
  • Cambios en los patrones de comida o sueño
  • Hablar acerca de huir de casa
  • Palabras o pensamientos de suicidio o comportamiento autodestructivo
  • Abuso de drogas o alcohol

Las siguientes son algunas situaciones que pueden estar asociadas con el riesgo de depresión en niños con trastornos hemorrágicos:

  • Limitaciones para las actividades. Estar en la banca mientras los compañeros hacen deporte o llevan a cabo otras actividades restringidas puede contribuir en la depresión en niños con trastornos hemorrágicos
  • Sentirse diferente. Los niños cuya enfermedad crónica afecta su apariencia o atrae atención indeseada también pueden tener mayor riesgo de sufrir problemas emocionales. Las personas jóvenes con hemofilia pueden sentirse avergonzados de sus moretones, marcas de agujas o articulaciones inflamadas. Necesitar muletas o una silla de ruedas puede contribuir al sentimiento de ser diferente.
  • Padres sobreprotectores. A veces, las preocupaciones de un encargado del cuidado acerca del bienestar de su hijo también puede llamar la atención indeseada de los compañeros del niño. Los niños que no pueden participar en actividades o cuyos padres son sobreprotectores pueden ser molestados por otros.

Sin embargo, algunos de los obstáculos enfrentados por niños con trastornos hemorrágicos son compartidos por aquellos sin una condición crónica. No culpe al trastorno hemorrágico de su hijo por todo. Los niños con trastornos hemorrágicos pueden sentirse deprimidos por las mismas razones que otros niños, tales como el acoso o el divorcio de sus padres.

Las siguientes son algunas maneras de prevenir y tratar la depresión:

  • Involucre a su hijo en actividades interesantes. Mientras algunos deportes no son apropiados para niños con trastornos hemorrágicos, muchas actividades pueden interesarle a su hijo. Estar involucrado en pasatiempos atractivos, deportes seguros y otras actividades le permite a los hijos a enfocar su atención en algo más que su trastorno hemorrágico. Les permite interactuar con otros niños que tienen intereses y pasatiempos similares.
Para recomendaciones de actividades, vaya a Jugando a lo Seguro.
  • Motive a su hijo a socializar con compañeros que tienen trastornos hemorrágicos. Socializar con otras personas con trastornos hemorrágicos puede ser una buena experiencia. Los niños pueden formar conexiones a través del campamento, eventos de sede y en línea.
  • Obtenga ayuda profesional para su hijo. Si su hijo demuestra cualquier señal de depresión o tiene dificultades lidiando con su trastorno hemorrágico, solicite la ayuda del personal en el Centro de Tratamiento de Hemofilia (HTC). El HTC de su hijo puede ser un buen lugar para buscar profesionales de salud mental en su región que traten la depresión en niños y adolescentes.