Vida familiar
Los años de adolescencia son una época de mucho cambio: social, académico y en el hogar.
En su búsqueda de mayor independencia, los preadolescentes y adolescentes quieren tomar más decisiones por su cuenta. Este cambio de roles para los padres e hijos puede ser estresante para la familia, pero no tiene que serlo. Trabajar juntos como una familia para establecer metas y expectativas puede facilitar el camino de los adolescentes hacia la adultez.
Los hermanos de su hijo, tanto menores como mayores, pueden tener sentimientos conflictivos acerca de su trastorno hemorrágico. Comunicarse con ellos y apartar tiempo para cada niño en la familia puede reducir el estrés y tratar sus preocupaciones.
A medida que los niños con trastornos hemorrágicos asumen mayor responsabilidad de su cuidado, la familia entera permanece como una parte del manejo en conjunto, especialmente al desarrollar un plan de preparación para emergencias.
A medida que el adolescente con un trastorno hemorrágico asume más responsabilidades en casa, ir a un campamento designado para ellos puede ayudar a que desarrolle confianza en sí mismo. Esto es especialmente cierto al aprender como realizar las autoinfusiones.
Esta sección de Pasos para vivir proporciona información importante acerca de:
