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Inhibidores

Normalmente, el sistema inmune del cuerpo trabaja para combatir las bacterias, los virus y otras substancias que pueden causar enfermedades. Sin embargo, en algunos casos, el sistema inmunológico ataca al blanco equivocado.

Los inhibidores (también conocidos como anticuerpos) aparecen cuando el sistema inmunológico de su cuerpo ataca a los productos de reemplazo del factor. Cuando esto sucede, el factor de coagulación se inactiva y es incapaz de realizar de manera efectiva su trabajo de detener la hemorragia. Los inhibidores no afectan el lugar, la frecuencia o la gravedad de las hemorragias, pero hacen que sean más difíciles de controlar.

¿Quién está en riesgo de desarrollar un inhibidor?

Los inhibidores son comunes en los pacientes con hemofilia, se desarrollan en el 15% a 20% de personas con hemofilia A (deficiencia del factor VIII [8]) y 2% a 5% de personas con hemofilia B (deficiencia del factor IX [9]). También se pueden desarrollar en personas con otros tipos de trastornos hemorrágicos.

Debido a que los inhibidores normalmente se desarrollan en los primeros 50 días de exposición al tratamiento, con frecuencia se desarrollan durante la niñez. Sin embargo, en personas con hemofilia A leve, los inhibidores a menudo se desarrollan o se identifican hasta la adultez. Cualquier persona con un trastorno hemorrágico puede desarrollar un inhibidor en cualquier momento, pero suele suceder en el primer o segundo año de vida. Haber iniciado recientemente el tratamiento con productos de reemplazo del factor puede desencadenar el desarrollo de inhibidores pero existen algunas otras variables que pueden aumentar el riesgo de desarrollar inhibidores. Una persona es más propensa a desarrollar un inhibidor si:

  • Tiene hemofilia A en vez de hemofilia B
  • Tiene hemofilia grave en vez de leve o moderada
  • Es afroamericano o hispano
  • Tiene un historial familiar de desarrollo de inhibidores

Cómo medir los inhibidores

Las personas que tienen inhibidores por lo general se describen como personas con alto nivel de reacción o personas con bajo nivel de reacción.

  • Personas con alto nivel de reacción. Se considera que las personas tienen un alto nivel de reacción si la cantidad de inhibidor en la sangre aumenta rápidamente después de la administración del factor. Esto hace difícil el tratamiento con el factor de coagulación estándar. Las personas con alto nivel de reacción necesitan un tipo diferente de tratamiento, como un agente de desvío y es posible que necesiten someterse a una inducción de la tolerancia inmune (immune tolerance induction (ITI))
  • Personas con bajo nivel de reacción. Se considera que las personas tienen un bajo nivel de reacción si la cantidad de inhibidor no aumento después de la administración del factor. Las personas con bajo nivel de reacción usualmente son capaces de utilizar el tratamiento de factor de coagulación estándar pero es posible que necesiten recibir dosis más altas de lo normal o dosis repetidas. ITI también se utiliza para personas con bajo nivel de reacción si el inhibidor no desaparece por sí solo.

Qué tratamiento se utiliza para los inhibidores

El tratamiento para las personas con un inhibidor es complejo y, hoy en día, continúa siendo uno de los desafíos más grandes en el cuidado de la hemofilia. (Algunas veces los inhibidores aparecen por poco tiempo y luego desaparecen espontáneamente. Los inhibidores que persisten pueden aumentar los riesgos asociados con los episodios hemorrágicos debido a que la terapia con factor es menos efectiva). Después de establecer un nuevo plan de tratamiento, se debe medir el nivel de factor de la sangre para determinar si el inhibidor desaparece. Si es factible, una persona con un inhibidor debe recibir atención médica bajo la supervisión de un Centro de tratamiento de la hemofilia (HTC)

Algunos tratamientos para personas con inhibidores incluyen:

  • Altas dosis del factor de coagulación. Las personas que tienen inhibidores de bajo nivel de reacción puede necesitar cantidades más grandes de factor de coagulación. Aunque algunos factores se unen al inhibidor y se vuelven inactivos, queda suficiente para ayudar a formar un coágulo.
  • Agentes de desvío. Los agentes de desvío se utilizan para tratar hemorragias en personas con inhibidores de altas concentraciones. En vez de reemplazar el factor faltante (factor VIII [8] o factor IX [9], rodean (o desvían) el inhibidor para ayudar al organismo a formar un coágulo normal. Las personas que toman agentes de desvío deben ser supervisadas muy de cerca para asegurarse de que la sangre no se coagule demasiado o se coagule en un lugar incorrecto del cuerpo.
  • Terapia de inducción de la tolerancia inmune (ITI). El objetivo de la terapia ITI es detener la reacción del inhibidor. De alguna forma, esta terapia enseña al organismo a aceptar los tratamientos de factor de coagulación. Con la terapia ITI, las personas reciben grandes cantidades de factor de coagulación todos los días por muchas semanas o meses. La terapia ITI requiere de expertos médicos especializados, es costosa, y puede tomar mucho tiempo para que funcione. En muchos casos, ITI elimina el inhibidor. Pero, es posible que los pacientes deban continuar tomando cantidades grandes y frecuentes de factor por varios años para evitar que el inhibidor vuelva a desarrollarse.