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Crecimiento y pubertad-Ninos

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Crecimiento y pubertad

Entre la edad de 9 y 13 años, la mayoría de niños y niñas empiezan a pasar por la pubertad, un proceso que cambia su cuerpo del de un niño a un adulto. Los cambios que ocurren durante la pubertad pueden continuar hasta los 18 años o más. Algunos de estos cambios pueden afectar la salud y el tratamiento de las personas con trastornos hemorrágicos.

Esta sección de Siguiente paso cubrirá:

Cómo la pubertad puede afectar a las niñas con trastornos hemorrágicos

En algún momento durante la pubertad, las niñas generalmente tienen su primer período. Para una niña, su primer periodo puede marcar un hito en su desarrollo físico y ser una señal de su transformación en mujer; pero también puede ser atemorizante, en especial si tiene un periodo menstrual abundante (llamado menorragia) debido a un trastorno hemorrágico como la enfermedad de von Willebrand (vWD).

A veces las mujeres ni siquiera saben que tienen un trastorno hemorrágico hasta que notan que sus períodos son abundantes o anormales.

Si no son diagnosticados y tratados, los trastornos hemorrágicos pueden ser peligrosos. Pueden causar problemas si algún día llega a necesitar cirugía, un procedimiento dental, tiene un bebe o sufre un accidente. Sin embargo, saber que tiene un trastorno hemorrágico puede ayudarla a usted y a su proveedor de atención médica a prevenir problemas.

Las siguientes son algunas señas y síntomas que pueden indicar que hay un trastorno hemorrágico:

  • Períodos menstruales abundantes.
    • Hemorragias que duran más de 7 días, de principio a fin.
    • Salida abundante o a borbotones de sangre que limita las actividades diarias, tales como las tareas domésticas, el ejercicio o las actividades sociales.
    • Paso de coágulos de sangre más grandes que una moneda de veinticinco.
    • Tener que cambiarse el tampón o toalla sanitaria cada 2 horas o menos en el día de sangrado más abundante.
  • Niveles bajos de hierro en la sangre.
  • Anemia.
  • Síntomas de hemorragia y alguien en la familia que sufre de un trastorno hemorrágico, tal como la enfermedad de von Willebrand (vWD) o una deficiencia del factor coagulante, tal como la hemofilia.
  • Hemorragia abundante en una cirugía dental u otra cirugía, u otros síntomas hemorrágicos, como:
    • Frecuentes hemorragias nasales prolongadas (más de 10 minutos).
    • Hemorragias prolongadas debido a cortes (más de 5 minutos).
    • Se moretea fácilmente (semanalmente, de forma elevada y más grande que una moneda de veinticinco).

Si usted tiene uno o más de estas señas o síntomas, hable con sus padres, su médico u otro proveedor de atención médica profesional.

Las niñas adolescentes con periodos abundantes pueden tener miedo de participar en actividades sociales y pueden sentirse excluidas. Manejar un periodo abundante puede ser sumamente estresante debido a que se preocupa por los calambres, la hinchazón y el mal humor. Muchas niñas tienen miedo de manchar su vestimenta o ropa de cama. Los periodos también interfieren con la actividad física y sexual. Hablar abiertamente acerca de la menstruación puede ser incómodo para los padres e hijas, pero estas pláticas pueden ayudarla a sentirse confiada e independiente. Recuerde, ¡la menorragia es manejable!

Aquí hay algunos consejos útiles:

  • Consulte en la sede local de hemofilia o Centro de Tratamiento de Hemofilia (HTC) para conocer acerca de programas especiales para niñas con trastornos hemorrágicos. Algunas sedes ofrecen eventos solo para las mujeres donde puede conocer a otras mujeres con trastornos hemorrágicos, aprender más acerca de su condición y recibir consejos para manejar los periodos abundantes.
  • Hable con su médico y sus padres acerca de la menstruación. Pregunte:
    • ¿Qué se considera un nivel de sangrado normal durante la menstruación?
    • ¿Cuántas toallas sanitarias/tampones se usan normalmente?
    • ¿Cuántos días dura un periodo normal?
    • ¿Qué tanto flujo de sangre debería esperar?
    • Hable sobre las diferentes opciones de tratamiento para los periodos menstruales abundantes, incluyendo los anticonceptivos orales, la desmopresina (DDAVP) por medio de inyección o espray nasal, los medicamentos antifibrinolíticos y la terapia de reemplazo de factor.
Si desea obtener más información, vaya a ¿Qué es un periodo normal?
  • Hable sobre cualquier temor o ansiedad que pueda tener si creció viendo a familiares lidiar con hemorragias abundantes.
    • Pregúntele a sus familiares acerca de sus experiencias.
    • Pregunte cómo han lidiado con su trastorno hemorrágico.
  • Pruebe los diversos productos de higiene femenina. Hay muchos de los cuales elegir, incluyendo toallas sanitarias, tampones y tazas menstruales. Los pantiprotectores, algunos de los cuales están diseñados para la incontinencia leve, son ideales para los períodos abundantes, en especial al combinarlos con un tampón superabsorbente. Son discretos y vienen en una variedad de tamaños y capacidades de absorción.
  • Solicite a la enfermera de la escuela un permiso ilimitado para el baño para poder cambiar su tampón/toalla sanitaria con frecuencia a lo largo del día.
  • Cambie sus tampones con regularidad.
  • Mantenga un registro del número de tampones o toallas sanitarias utilizadas. Esto le da a su doctor una idea de cuánta sangre está perdiendo.
  • Hable con su médico acerca de qué hacer para aliviar los calambres, que pueden causar desde incomodidad hasta dolor.
    • No tome aspirina ni ibuprofeno, pues pueden interferir con la coagulación.
    • Pruebe tomar un baño caliente o colocar una botella o paño caliente sobre su abdomen para aliviar los calambres.
  • Haga ejercicio, pues puede reducir los calambres dolorosos. El ejercicio aeróbico produce endorfinas beta, que son los analgésicos naturales del cuerpo. Participe en actividades que elevan el ritmo cardíaco, tales como salir a caminar, nadar o montar bicicleta. La actividad debería durar por lo menos 30 minutos y hacerse un mínimo de tres veces por semana.
Trate de no permitir que su periodo interfiera con estar activa y participar en deportes.

Cómo la pubertad puede afectar a los niños con trastornos hemorrágicos

Durante la pubertad, es común que los niños pasen por períodos de rápido crecimiento en muy corto tiempo. Este crecimiento rápido también puede ocasionar dolores de crecimiento, cuando las articulaciones y músculos duelen.

Además, cuando los niños crecen muy rápido, pueden no tener tiempo de acostumbrarse a sus brazos y piernas más largas, por lo cual pueden llegarse a sentir extraños o torpes. Una manera principal en que el crecimiento afecta a los niños con trastornos hemorrágicos: puede que deban cambiar la cantidad de factor que necesitan.

Imagen corporal y autoestima

Sentirse bien consigo mismo o tener una autoestima positiva está relacionado con qué tan bien se valora a usted mismo y el orgullo que siente con sus logros. Algunas veces la autoestima está relacionada con cómo cree que se ve, cómo le va en la escuela o qué tipo de amigo o miembro de la familia es.

Algunos niños tienen dificultades con su autoestima cuando comienzan la pubertad, el período de tiempo donde su cuerpo comienza a crecer y cambiar de maneras distintas. Otros niños están muy conscientes de estos cambios y se comparan con otros. Como persona con un trastorno hemorrágico, es posible que se sienta consciente de los moretones, marcas de agujas, articulaciones hinchadas o tener que usar muletas. Reconozca que su cuerpo es suyo propio, sin importar qué forma, tamaño o color tenga.

No necesita un gran cuerpo para tener una gran imagen corporal.

Tener una actitud sana puede ayudarlo a desarrollar buenas amistades, volverse más independiente de sus padres y es un desafío físico y mental. Encontrar formas de explorar estas partes suyas puede aumentar su autoestima.