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Vitaminas

Las vitaminas tienen muchas funciones. Pueden ayudar a regular el metabolismo, transformar las grasas y carbohidratos en energía y ayudar a formar huesos y tejidos saludables. No previenen ni curan enfermedades tales como el cáncer u otros problemas relacionados con la vejez. Sin embargo, pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y brindar protección contra ciertas enfermedades. Todas las vitaminas naturales se encuentran únicamente en las plantas y animales. Con pocas excepciones, el cuerpo humano no puede fabricar sus propias vitaminas; debe obtenerlas de los alimentos o suplementos. En general, la mejor forma de obtener las vitaminas que necesita es comer una dieta saludable.

Haga clic en los siguientes vínculos para obtener información acerca de la importancia de las vitaminas.

Folato

El folato es una parte crucial de la formación de nuevas células en el cuerpo. También trabaja junto con la vitamina B12 para formar hemoglobina en los glóbulos rojos y puede prevenir las enfermedades cardíacas. La deficiencia de folato puede resultar en un tipo de anemia. Las mujeres embarazadas que no consumen suficiente folato durante el embarazo tienen un mayor riesgo de tener bebés con defectos del tubo neural, que son malformaciones congénitas del cerebro y la médula espinal. Un ejemplo de un defecto del tubo neural es la espina bífida, una condición en la cual los huesos de la columna vertebral no se cierran completamente alrededor de los nervios en desarrollo en la médula espinal, lo que puede causar daño permanente a los nervios. Tomar demasiado folato puede ocultar una deficiencia de vitamina B12. El folato también puede interferir con ciertos medicamentos.

Vitamina K

La vitamina K es importante para la producción natural del cuerpo de ciertos factores de coagulación. La fuente principal de vitamina K es la dieta, en particular los vegetales de hojas verdes. Una pequeña cantidad se produce en el intestino por ciertos tipos de bacterias. El uso prolongado de antibióticos puede destruir algunas de las bacterias intestinales que producen la vitamina K. Si ocurre una deficiencia, la sangre no se coagulará de manera adecuada. Las personas con trastornos hemorrágicos pueden sufrir de una deficiencia de vitamina K si no comen adecuadamente, lo cual puede aumentar el riesgo de episodios hemorrágicos.

Vitamina C

La vitamina C ayuda a producir el colágeno, un tejido conectivo que une a los huesos, músculos y otros tejidos. También ayuda a mantener los vasos sanguíneos firmes, protegiendo al cuerpo de moretones. Ayuda al cuerpo a absorber el hierro y folato que obtenemos al comer vegetales, mantiene las encías sanas, ayuda a sanar los cortes y heridas, protege contra la infección y actúa como un antioxidante. La deficiencia de vitamina C puede resultar en el escorbuto. Típicamente, los excesos de vitamina C, la cual es soluble en agua, son eliminados en la orina. Sin embargo, esto puede alterar los resultados de exámenes de orina para la diabetes y otras enfermedades renales relacionadas con ella, así como la hiperglucemia. Las dosis muy grandes de vitamina C pueden causar cálculos o diarrea.

Vitamina A

La vitamina A promueve la visión y el crecimiento y salud de las células y tejidos del cuerpo. Funciona como un antioxidante para posiblemente reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y algunas enfermedades relacionadas con la vejez. La deficiencia de vitamina A puede causar problemas de la vista; piel reseca y escamosa; problemas de reproducción; y mal crecimiento. Los excesos de vitamina A son almacenados en el cuerpo y pueden ser dañinos con el tiempo, causando dolores de cabeza, daño al hígado, dolores de los huesos y articulaciones, crecimiento anormal de los huesos y defectos congénitos.

Vitamina E

La vitamina E funciona como un antioxidante. Puede prevenir la oxidación del colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad, o "mal" colesterol) y, por lo tanto, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas o apoplejías. La deficiencia de vitamina E es poco común, aunque las personas con mala absorción de grasa, tales como los bebés prematuros y las personas con fibrosis quística, pueden estar en riesgo, pues la vitamina E se disuelve en la grasa. Los excesos de vitamina E pueden interferir con la vitamina K y aumentar el efecto de los medicamentos anticoagulantes. En las personas con trastornos hemorrágicos, puede empeorar los síntomas de las hemorragias.

Vitamina D

La vitamina D es importante para la salud del cuerpo. La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. El cuerpo humano siempre está degradando el hueso viejo y construyendo hueso nuevo. El cuerpo utiliza el calcio para darle fuerza y masa a este hueso nuevo. La osteoporosis, que es el adelgazamiento de los huesos, ocurre cuando el hueso viejo se degrada más rápidamente de lo que se fabrica el hueso nuevo. La osteoporosis puede resultar en fracturas y otras lesiones graves como consecuencia de las caídas.

Además de vitaminas y suplementos, la vitamina D se puede obtener comiendo alimentos como el salmón, el atún, las sardinas y las leches y jugos fortificados. La vitamina D, conocida como la "vitamina del sol", también se puede absorber a través de la piel por medio de la exposición a la luz solar.

Las personas con hemofilia tienden a ser susceptibles a la mala salud de los huesos, posiblemente por los efectos de las hemorragias articulares. Durante las hemorragias, la sangre fluye dentro de la cápsula sinovial. Las hemorragias recurrentes pueden resultar en el desgaste del cartílago en la articulación en cuestión.

Las personas con VIH también son susceptibles a la pérdida de hueso y fracturas debido al uso de ciertos medicamentos contra el VIH.

Los excesos de vitamina D en el cuerpo pueden ser tóxicos y llevar a cálculos renales o huesos débiles.